Un pequeño destello en el lado oscuro de la luna.

Bitacora de viajes sin retorno. El espacio infimo entre el septimo cielo y el mismisimo averno.

11 abril, 2009

Pajaro negro.

 
Naciste en humildad. Creciste amando la tierra, la trabajaste, dejaste parte de tu vida en ella. Cultivaste una riqueza interior inmensa que transmitiste sin pudor a quien se te presentara. Desparramaste cariño por todos los rincones. Sufriste. Amaste. Luchaste fervientemente siempre por tu y su dignidad. Te fuiste dos veces y volviste a nacer para luego despedirte demasiado pronto. Reíste, siempre reíste, una sonrisa casi dibujada siempre en tu rostro, llenaste los huecos de esperanza en la cotidianeidad de la rutina dolorosa. Lloraste. Te vi llorar. Llore'. Lloramos. No lloro mas. Te recuerdo y ahora sonrío. Te extraño. Te adoro. Te adoro'. Te adoraron. Te extraño. Te extrañamos demasiado.
Ahora sonrío cuando recuerdo.
A veces el cielo se pone gris.
Añoro esa charla que nunca llego',  ese beso que me falto darte,  ese abrazo de gol que no nos dimos,  ese pez que quizá hubiese mordido, ese vino que no nos tomamos, ese regalo que no te di, esta amada mía que no conociste porque partiste antes de lo acordado y tantas otras cosas que nos faltaron.
Odio los pendientes.
Recuerdo y vuelvo a sonreír, y te veo sonriendo porque es la única forma en la que te recuerdo.
Tengo paz a pesar de mis pesares.
Tus manos asperas, tu nariz colorada, tus ojos celestes, tu mirada sabia y tu cariño infinito tengo guardado adentro mio como un tesoro imborrable, los mates que no nos tomamos esperan tibios sobre el fuego y al final del camino cuando el final comience, terminaremos la ronda y el dolor se habrá ido.
 Jose Julio, espero encontrarte al final del camino.
11/04/88

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