Cansado de pensar en los demás el mono siniestro decide aislarse de todo y todos. Se hunde en sus pensamientos retorcidos y observa despiadado los movimientos de sus congéneres. Se carcome tanto en su ser que en un momento dado se da cuenta de la clase de vida que estaba llevando, siendo esta no digna de respeto u autorespeto.
Las mañanas cálidas de Enero lo golpean con furia, entonces desde su refugio pasa las horas trabajando (cosa que nunca le gusto, ni le gustara en cuanto a esfuerzo), su cabeza maquina sin descanso siempre pensando en los demás, siempre deseando la desdicha para sus pares. Cero autocritica, cientos de reproches, miles de insultos al aire.
Este mono perverso tiene la facultad de dominar implícitamente, sin siquiera pronunciar palabra alguna, maneja sus movimientos articulados y estudiados de tal forma que una mirada hiriente causa mas daño que el hierro filoso de una daga, consecuencia de una crianza equivocada, no adrede por parte de sus progenitores porque de haberse dado cuenta de tal cosa hubiesen evitado tantos días aciagos.
El tiempo dicen que cura, la memoria dice que no olvida, los días nos envejecen, las lunas nos regocijan, los rayos de sol nos fijan el calcio, en fin, los días pasan, las chicharras siguen cantando provocando algunos sinsabores matinales, pero el mono sigue sin criterio y creo va a hundirse en sus pensamientos hasta desaparecer. Lastima siempre fui admirador de los primates.
Dios los salve del filo de tu pluma !!
ResponderEliminarComo siempre, un texto valiente, no se bien librando que gesta, pero que me invita a pensar.
Cariños ruso, a usted y asu compañera, un placer inolvidable haberlos tenido en casa(su casa tambien). Espero, mas alla de los publicos y ya conocidos impoderables haber estado a la altura de sus humanidades, o cerca al menos.
Cariños !!
EXQUISITOS SALUDOS COMPADRE