Dulce ser, tibio regazo y manos magicas. La pasion de una mujer.

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" Los quebrachos y algarrobos apuntalaron el país.-
Fueron poste, horcones, yugos, varas, tirantes, peldaños, dinteles, balcones, puentes, durmientes y tranqueras. La tarea mas ruda, el trabajo mas pesado, soportes de todo.-
Luego el rubio afán por el tanino diezmo un inmenso territorio sin reparo alguno. Hoy miles de hectáreas son desmontadas y arboles que tardaron veinte, treinta, cien años en crecer, caen derribados en un instante para ser leña.
Tallar un tronco por cada hectárea que se quema, no es depredar, es reivindicar, es pretender que este árbol de pasado útil, presente triste y futuro muerto tenga un mejor destino que el de  ser una brasa.-
Estas eran solo ramas secas que yo dispute al fuego. Con mis manos intente devolverles la vida que les quito el hacha.-
Siguen siendo ramas, pero ahora tienen pretensión de tiempo.-"
Manos agrestes de tiempo pasado por cincel, dulces caricias sonoras del corazón, trino de pajaros libres envueltos por la brisa de lo intangible, una figura especial, un lenguaje especial, unas manos mágicas que llegan a mi corazón cada vez que mi recuerdo vuelve a ese pueblo, tu pueblo, tu vida que compartiste conmigo.
A mi tía Maria Angelica, tía por sabor a sangre, segunda madre por amor. A su eterno susurro a la vida, esta simple, complicada y ejemplar vida suya que hizo la mía mas feliz siempre, con todo el amor de mi corazón este pequeño homenaje a "Mari".
Texto 1ro: Maria Angelica Gonzales
Foto: Luciana Grigueli.