Un pequeño destello en el lado oscuro de la luna.

Bitacora de viajes sin retorno. El espacio infimo entre el septimo cielo y el mismisimo averno.

01 octubre, 2008

El amor por Lucille. Pequeño Rockito ilustrado.




B. B. King, uno de los mayores virtuosos del blues que ha tenido la historia de la música, es conocido por llamar a sus guitarras "Lucille", incluso compuso una canción con ese título haciendo referencia a la manera en que su guitarra cambió su vida. Una noche helada y cualquiera de 1949, en el desconocido poblado de Twist, en Arkansas, nació la leyenda de Lucille. Esa noche estaba tocando un tal B. B. King, uno más de los músicos de color que trataban de ganarse la vida amenizando audiencias afro americanas en bares y cafeterías del llamado Delta del Mississippi. En aquellos tiempos se acostumbraba calentar los bares con barriles a medio llenar de keroseno. El combustible se prendía y así se lograba cierta calefacción.

Pero esa noche fue diferente. Un par de personas comenzaron a pelear, tiraron el barril y el lugar comenzó a arder. La gente, incluyendo a B. B. King, salió huyendo del lugar, pero el músico recordó entonces que su guitarra estaba dentro. Regresó por ella y casi pierde la vida. A la mañana siguiente se supo que dos personas murieron, y que el incidente fue provocado por una señorita de nombre Lucille. Para recordar siempre que jamás tiene que volver a hacer algo tan estúpido como entrar en un edificio en llamas, King decidió llamar a su guitarra con el nombre de la tristemente célebre dama. Y así, desde 1949, cada guitarra que ha pertenecido a B.B. King, se ha llamado Lucille.

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